Blog sobre la realización de una reforestación y un sendero creado y construido por la UIEE del IES Pablo Serrano de Andorra para el disfrute sensorial de los visitantes. Un auténtico balcón al Maestrazgo donde se unen naturaleza y campo de una manera armónica.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Un sendero de los sentidos

La UIEE de Andorra este año se ha lanzado en la difícil tarea de realizar un sendero acompañado de una reforestación, a base, de planta autóctona. El sendero es un auténtico balcón al Maestrazgo turolense, donde se contempla desde los puertos de Beceite hasta Majalinos y los montes de Godos y Fuenfría.

Es un lugar singular ya que en él, agricultura y monte silvestre se sincronizan perfectamente lo que ayuda a que exista un gran biodiversidad. Podemos encontrar águila perdicera, águila real, alimoche, buitre, corzos, cabras silvestres, liebres, erizos, zorros, etc., que ayuden la majestuosidad del paisaje. Conocido en la zona son los mases de piedra, en el que, antiguamente, vivián agricultores y ganaderos con sus pequeñas cañadas. Son auténticas obras de arte de piedra, barro y caña.

El camino se marcará con balizas roja-amarilla-verde elegida, así, por el alumnado, haciendo hincapié a los colores que se viven o se han vivido. Siendo el verde la naturaleza, el amarillo el sol, ya que es zona de solana y el rojo al intenso incendio que ahí cerca se desarrollo.

La senda nace justo antes de descender al valle de Vinatea, a la derecha del camino y va cresteando por toda la cornisa, salvando los relieves, llega hasta el Mas del Pochona (cerca de la era empedrada) y de ahí, al saliente que marca el límite municipal. Se desciende hasta coger el camino del Pino Gordo y de ahí hasta la fuente de la cuesta del Molino Vinatea.
A partir de ahí se ha realizado un camino que asciende por la montaña, hasta llegar a un plano visual de lo más hermoso y singular.

Este trozo tiene su especial atractivo, no solo en las vistas, sino en la ausencia del agua, en un relieve de media montaña donde el olor a romeros y tomillos nos acompañan en todo momento en nuestra travesía, y donde algún ejemplar de enebro, sabina y pino pueden sorprendernos a curiosos y botánicos.

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